Cada vez es más popular que los ciudadanos estadounidenses residan o tengan activos en países extranjeros, lo que significa que están sujetos a las leyes de otra jurisdicción cuando se trata de propiedad, impuestos y transferencias. Tanto si se trata de trabajadores a distancia como de jubilados, inversores o empleados expatriados, hay que tener en cuenta algunos aspectos a la hora de planificar el patrimonio.


Residentes extranjeros


Si usted es un ciudadano estadounidense que vive temporal o prolongadamente en un país extranjero, tiene que pensar en el efecto sobre su plan de sucesión y sus herederos si fallece en el extranjero. El primer paso es asegurarse de que su abogado o los miembros de su familia sepan dónde está usted y tengan acceso a su testamento o fideicomiso. Para iniciar la sucesión o la administración de los activos del fideicomiso, normalmente se requiere un certificado de defunción, que deberá obtenerse en el lugar del extranjero.

También debería tener alguna previsión para ser devuelto a EE.UU. sin demasiada demora. Dependiendo de las circunstancias, las autoridades locales pueden tener algo que decir sobre cómo se maneja esto, y tener un abogado local preparado puede ser una buena estrategia contra los imprevistos.


Activos en el extranjero


No es infrecuente que los ciudadanos estadounidenses tengan cuentas bancarias, inversiones o propiedades en el extranjero, y es perfectamente legal siempre que se cumplan todas las normas del IRS relativas a los requisitos de información. La cuestión que se plantea es cómo se puede acceder a esos activos en caso de fallecimiento, ya sea en el país o en el extranjero.

Normalmente, los activos que se mantienen en un país extranjero estarán sujetos a las leyes locales, independientemente de la nacionalidad del propietario. Por ejemplo, si usted vive en México y tiene una cuenta bancaria en un banco de ese país, ese dinero no puede ser transferido o retirado por un fideicomisario o herederos estadounidenses sin cumplir los requisitos mexicanos.

En otras palabras, su abogado tendría que trabajar con las autoridades mexicanas para asegurar y transferir los activos, y algunos países son bastante estrictos con este proceso. Es importante consultar con un abogado extranjero para asegurarse de que sus activos en el extranjero están configurados para cumplir con sus requisitos y procesos.

Por último, el uso de fideicomisos en el extranjero y otros instrumentos han sido populares para minimizar o evitar la tributación en los Estados Unidos, y si ese es el caso, sus herederos deben estar preparados para que el IRS se interese en los activos del patrimonio después de su fallecimiento.

Vivir e invertir en países extranjeros puede ser gratificante, pero también requiere cierta planificación previa para tener en cuenta la diferencia de leyes con respecto a Estados Unidos.