La mayoría de las personas que piensan en hacer un testamento o un fideicomiso asumen que lo único que hace un abogado de planificación patrimonial es redactar los documentos. Pero esto está lejos de la verdad, y cualquiera que decida crear su propio plan de sucesión se perderá algunos beneficios esenciales.


Confirmación independiente de la capacidad y la intención


La capacidad y la intención son elementos esenciales de un plan sucesorio válido. Si su plan de sucesión tiene una distribución desigual o inusual entre los herederos, entonces su abogado de planificación patrimonial puede querer que usted confirme por escrito las razones. Esto puede tomar la forma de una carta colocada en su expediente legal explicando los hechos de fondo y que usted está tomando esas decisiones por su propia voluntad.


Influencia indebida


Esto puede ser importante si uno de los herederos impugna el plan sucesorio o presenta una reclamación por influencia indebida de otra parte. La carta y la participación de su abogado pueden servir para verificar ante el tribunal que su plan refleja sus verdaderas intenciones. Por eso también debe preparar y firmar los documentos de planificación patrimonial solo (o con su cónyuge) con su abogado, para que no se pueda presentar ninguna reclamación de influencia indebida basada en la presencia de algún heredero.


Capacidad


La otra parte es la cuestión de la capacidad. Si un heredero alega que usted no tenía la capacidad mental para hacer elecciones o tomar decisiones sensatas, entonces el testamento o fideicomiso podría ser inválido. Por lo tanto, si usted simplemente hizo un testamento o fideicomiso por su cuenta es mucho más fácil impugnarlo, mientras que tener un abogado involucrado puede ayudar a establecer su comprensión del plan y su efecto en sus activos y herederos.


Evitar las consecuencias imprevistas


La otra ventaja de recurrir a un abogado es su conocimiento de cómo diversas leyes pueden afectar al resultado de su plan de sucesión. Esto podría incluir la minimización de los impuestos, la evitación de la sucesión y la garantía de que los activos se distribuyan de la manera más fluida posible. Esto sólo se consigue con años de experiencia preparando cientos de planes de sucesión para sus clientes.

Es tentador pensar que uno puede ahorrar algo de dinero y simplemente utilizar un formulario de testamento o fideicomiso, y no contratar a un abogado. Sin embargo, se corre el riesgo de que su plan de sucesión no alcance sus objetivos sin que un tercero objetivo le ayude en la planificación y redacción de los documentos necesarios.