Tras su fallecimiento, la sucesión se convierte en un procedimiento habitual para sus seres queridos, a menos que usted haya tomado previamente medidas para evitarla. La sucesión es el proceso judicial por el que se transfieren legalmente los bienes de la persona fallecida a sus herederos.

La sucesión es un proceso largo, incluso para los casos más simples y sencillos. Por término medio, la sucesión durará entre 18 y 24 meses desde el momento del fallecimiento. Las sucesiones más complicadas, como cuando numerosos familiares u otras personas impugnan la decisión, requerirán mucho más tiempo.

La sucesión también puede ser un proceso costoso. Los honorarios de la sucesión se basan en el valor bruto del patrimonio, que puede incluir la casa, las cuentas de jubilación y los bienes personales. Incluso un patrimonio modesto puede alcanzar un valor de 500.000 dólares, por lo que los honorarios son de aproximadamente 26.000 dólares. Esto es sólo un ejemplo para darle una idea de lo que puede esperar; muchos patrimonios están valorados en mucho más que esa cantidad.

Por suerte, la sucesión puede evitarse mediante un fideicomiso correctamente redactado y financiado. Todos los activos colocados en el fideicomiso evitarán el proceso de sucesión y pasarán directamente a los herederos que usted haya seleccionado antes de su muerte. Esto ahorra tiempo y dinero, junto con el estrés adicional de los complicados procedimientos judiciales.

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